Una de las desagradables consecuencias que el calor del verano nos reserva año tras año es la relajación, por no decir degradación, en la vestimenta. No son pocos los despropósitos que con la temporada estival se pueden observar por la calle y que a lo largo de los años he ido enumerando. Si bien he escrito sobre lo inadecuado de llevar bermudas en determinadas oportunidades y ámbitos, lamentablemente generalizado en el asfalto de nuestras ciudades, no lo había hecho sobre este tipo de bermudas en particular.
Cuando me refiero a las bermudas vaqueras, no sólo hago alusión a las de tejido denim sino a todos los pantalones cortos de cinco bolsillos sean de un color u otro. Lo que vendría a ser este tipo de pantalón largo pero por la rodilla. Y no dudo que puedan resultar cómodas o prácticas (nunca se me ha ocurrido utilizarlas), pero si me atrevo a afirmar que son un verdadero atentado al buen gusto. De hecho, se podría calificar de prenda “perrofláutica”. Ya sólo con eso estaría sentenciada y todo dicho.
Camisetas de tirantes, bermudas vaqueras, sandalias… hay prendas y accesorios que deberían estar vetados en el vestuario masculino. Y por supuesto, siempre hay que calibrar muy bien la formalidad de la ropa y el ámbito u ocasión en cuestión, especialmente en verano.