¿Qué hacía el golfista Sergio García con la chaqueta verde de campeón del Masters de Augusta en el All England Club?
El pasado mes de abril Sergio García conquistaba el prestigioso Masters de Augusta y se enfundaba la legendaria chaqueta verde que sólo los ganadores tienen el honor de lucir. Estamos ante uno de los torneos más importantes del circuito y en el que no vencía un golfista español desde hace 18 años. De esta manera, se ha sumado a grandes de este deporte como Severiano Ballesteros y José María Olazábal.
La historia de la Chaqueta Verde está ligada a Vllifford Roberts, fundador del Augusta National Golf Club que abrió sus puertas en 1933. Fue idea suya que unos años más tardes se impusiera esta llamativa indumentaria para distinguir a los miembros de este exclusivo club de golf. Y no fue hasta 1949 cuando se decidió obsequiar con ella a los ganadores del torneo no sólo a los venideros sino también con efecto retroactivo.
La chaqueta de tres botones en cuestión es de lana fría del fabricante irlandés Forstmann Co. y desde 1967 es confeccionada por Hamilton Tailoring Co. de Cincinnati. El emblema del club aparece grabado en los botones metálicos y en el parche del bolsillo. Además, el nombre del propietario va cosido en una etiqueta interior. Y desde 1996 el club llegó a un acuerdo para que la sastrería de Savile Row Henry Poole las confeccionase a medida.
Aunque cada prenda está personalizada, las chaquetas no pueden salir del club en ningún caso. Sólo el vigente campeón del torneo tiene permiso para sacarla de sus instalaciones y utilizarla en actos públicos. De ahí que el pasado viernes se pudiera ver a Sergio García con ella en el partido que Rafa Nadal disputó en Wimbledon. Algo que no pasó precisamente inadvertido en las redes sociales y que particularmente me sorprendió.
Personalmente me pareció fuera de lugar, una auténtica excentricidad que se podría calificarse incluso como una horterada. Entendería su uso en un acto publicitario o conmemorativo, pero la ocasión en cuestión no creo que fuera la más idónea para dejarse ver con esta prenda tan particular y llamativa de color verde centeno brillante. Si por lo menos se hubiese tratado de un blazer azul marino… Dejando a un lado mi máxima admiración deportiva, creo que fue una equivocación si bien también es cierto que este patinazo no está al alcance de todo el mundo.
Personaliza los icónicos mocasines Tod’s según tus preferencias
Bautizado como My Gommino, la firma italiana Tod’s ha puesto al alcance de sus clientes un servicio online que permite personalizar sus clásicos mocasines en función de sus gustos particulares. De esta forma, ya no sólo no tendrás que amoldarte a los modelos de la colección que haya lanzado dicha temporada sino que además podrás customizarlos con tu propio sello personal. Para ello, deberás seguir los suiguientes pasos:
1. Elige tu modelo. Entre los mocasines Gommino disponibles encontramos el clásico con antifaz, el de lazo o Laccetto, el de lazo trenzado, el Club, el Double T y el Clamp.
2. Piel y Color. Escoge entre alligator, pitón, piel vuelta, benson, lisa, grabada… cada una con distintas posibilidades cromáticas.
3. Costuras. Más de una veintena de tonalidades de hilo a elegir.
4. Plantilla. Disponible en beige claro, marrón y negro.
5. Gommino. Más de una decena de colores para los gommini.
6. Iniciales. Puedes personalizarlos grabando tus iniciales y seleccionar su ubicación: en el antifaz, en la parte posterior, en la plantilla o en su interior.
¿Por qué se viste de blanco en el torneo de tenis de Wimbledon?
Como he apuntado en numerosas ocasiones, si en algo no tienen parangón los británicos es su virtud para preservar tradiciones centenarias. Un inmejorable ejemplo es el prestigioso torneo de tenis de Wimbledon. Año tras año por estas fechas se disputa en las pistas de hierba del All England Club, fundado en 1868 si bien no fue hasta 1877 cuando albergó su primera competición a nivel local. Ya en el siglo XX se convirtió en el torneo de fama internacional que sigue siendo hoy.
En el tercer Grand Slam del año se cuida hasta el más mínimo detalle, empezando por la vestimenta de los tenistas, que debe ser íntegramente de color blanco y no puede lucir otras tonalidades. No se admite ni el blanco roto ni el crema. Solo se permite una línea de color en cuello o manga siempre que no supere un centímetro de grosor, así como en el logo de su marca patrocinadora. Tradición que ha perdurado hasta nuestros días.
De hecho, André Agassi que siempre destacó por su estrafalario y estridente equipamiento, se negó a participar en varias ediciones por su disconformidad con esta regla. Pero lejos de suavizarse, parece que en los últimos tiempos incluso se ha llevado su cumplimiento al extremo. Prueba de ello es lo que sucedió en 2013, cuando Roger Federer tuvo que cambiar sus zapatillas porque se consideró que el color de sus suelas era demasiado llamativo.
Se puede decir que Wimbledon reserva el color para su vistoso logo, concretamente el verde y el púrpura, seña de identidad del legendario torneo. Colores que se encuentran igualmente presentes de una forma u otra tanto en la indumentaria de los jueces de línea como de los recogepelotas, con el sello de Ralph Lauren que es el proveedor oficial desde hace ya más de una década.