Dicen que una imagen vale más que mil palabras, y viendo la fotografía de la vestimenta del presidente del gobierno
Pedro Sánchez en la cena de gala ofrecida por los Reyes de España al presidente peruano Martín Vizcarra, seguramente todo lo que se pueda decir al respecto se quede muy corto. Como escribió en un tweet Antonio Burgos, “...o le sobra chaleco o le falta frac...Sánchez no va de etiqueta: va de mamarracho. Como estamos en Carnaval…”
Efectivamente, la distancia que media entre la levita y el chaleco parece inverosímil. Con todos los asesores de imagen y protocolo que tendrá a su disposición y que nadie haya remediado este esperpento estético resulta sorprendente. En principio, el chaleco blanco del frac puede sobresalir ligerísimamente por debajo de la levita, pero no medio metro. De hecho, el célebre duque de Windsor consideraba que el chaleco no debía asomar nunca por bajo del frac porque distorsionaba la figura.
La verdad es que parecía que iba a una fiesta de disfraces más que a una cena de gala. Y añadiría un error más, los pantalones de su frac parecían casi skinny algo que a mi juicio resulta incompatible con este atuendo. Una equivocación que se me antoja menor si lo comparamos con la longitud del chaleco. Un presidente de España no debería permitirse estos patinazos tan lamentables. Como se puede ver en la foto, la comparación con cómo luce este traje de etiqueta el Rey es realmente demoledora.
Ya le dediqué un post a su inseparable cazadora de piel color mostaza, que curiosamente desde que llegó a la Moncloa ha sido relegada al olvido. Pero estoy seguro que la rescatará y vamos a verla en más de un mitin durante la campaña electoral.