Hace algunos meses tuvo lugar una cena de gala ofrecida por los Reyes de España al presidente peruano Martín Vizcarra. En aquel entonces, escribí un post titulado
“Pedro Sánchez y como no vestir el frac”, relatando la bochornosa y ridícula vestimenta con la que el presidente del gobierno español acudió a tal evento. Como acertadamente escribió en un tweet Antonio Burgos, “...o le sobra chaleco o le falta frac...Sánchez no va de etiqueta: va de mamarracho. Como estamos en Carnaval…” Efectivamente, parecía que el dirigente socialista iba disfrazado, un verdadero esperpento.
Con motivo de la visita de
Donald Trump a Reino Unido, la Reina Isabel II ha celebrado en su honor una cena de gala en el palacio de Buckingham. En cambio, aquí hemos sido testigos de la lección de estilo y elegancia a la hora de vestir frac del
Príncipe de Gales. Luciendo un traje de etiqueta confeccionado por la sastrería británica
Benson & Clegg,
Carlos de Inglaterra brilló con luz propia. Más si cabe por la inevitable comparación con el atuendo del presidente norteamericano, muy desafortunado aunque no tanto como Pedro Sánchez. Cometió el mismo error de vestir un chaleco excesivamente largo, aunque no tan largo como el del mandatario español.
Fundada en 1937,
Benson & Clegg puede presumir asimismo de haber vestido a su abuelo el rey Jorge VI. Parece que no ha debido ser la elección de Trump, quien como decían en las redes sociales, no hubiese pasado la prueba para ser mayordomo en Downton Abbey. Y no será porque el multimillonario estadounidense no pueda permitirse un sastre de garantías… Como decía Nicolás Gómez Dávila, “A ricos y a pobres hoy sólo los diferencia el dinero”.
