Pantalones franela gris

Los pantalones de franela gris

Los pantalones de franela gris son un clásico y no deberían faltar en todo armario que se precie, ya no sólo por su elegancia sino por sus variadísimas posibilidades de combinación. Fred Astaire fue un personaje decisivo en popularizar este tipo de prenda.

Cómo combinar pantalones de franela gris

Un pantalón de franela gris va bien con cualquier chaqueta sport, ya sea de tweed, y por su puesto con una blazer azul marino, con o sin corbata según el carácter pretendido. Pero también, en un plan más sport, se pueden llevar con jersey y camisa. También su acompañamiento de zapatos puede resultar muy rico, desde unos mocasines a unos tassel o unos oxford. De hecho su combinación con zapatos de ante es un look muy italiano y elegante.

La tonalidad del gris es muy importante, porque si es en exceso oscura resulta un pantalón en exceso serio y si en cambio se opta por un tono de gris más claro permite mucho más juego. Quedan muy bien con pinzas y vuelta.

En la imagen, pantalones de franela gris de Brooks Brothers.

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Telas Vitale Barberis Canonico

Las mejores telas: Vitale Barberis Canonico

La historia de la mundialmente conocida manufacura de tejidos italiana Vitale Barberis se remonta a mediados del siglo XVI, en los valles circundantes a Biella; en 1663 se encuentra testimonio escrito de pago realizado por el duque de Savoya a Ajmo Barbero. Durante el siglo XVII la expansión continuó convirtiéndose en proveedor del ejército, cada prenda o tela llevaba inscrita las iniciales G.A.B., como elemento distintivo sinónimo de calidad. Sin embargo, el siglo XVIII no resultó fácil para la marca, a la dura competencia de los fabricantes de lana franceses, se sumaron las múltiples desavenencias dentro de la familia Barberis, sin embargo con audacia, fueron superados estos obstáculos, se importaron telares mecánicos de Bélgica e Inglaterra y se externaliza parte de la producción, aumentando de este modo la misma de una manera significativa. A comienzos del siglo XIX, la extensión del uso de la electricidad permite centralizar y optimizar la producción, a cuyo efecto en 1910 se inaugura una fábrica en Pratrivero, la reducción de costes en la fabricación, unida a una coyuntura socioeconómica favorable permite aumentar el volumen de negocio. En 1915 se cifra en alrededor de cuatrocientos el número de empleados en Patrivero, con unas 3000 bovinas y unos 120 telares mecánicos, las exportaciones lograron alcanzar en estas fechas, puntos tan distantes como América, la India e incluso China, durante la I Guerra Mundial, se calcula que alrededor de un 70% de los uniformes del ejército italiano eran fabricados por la manufacura de Prativero, el aumento de beneficios, junto a la bonanza económica que supuso el fin de la gran guerra permitió abrir otras dos fábricas en la mencionada ciudad. Si bien la crisis económica de 1929 no golpeó de un modo inmediato a Vitale Barberis, sí lo hará, limitando su expansión exterior, las medidas proteccionistas y autárquicas de la mayor parte de estados europeos. También tendrá una incidencia negativa el régimen de Mussolini, que promovió la nacionalización de una gran parte del sector secundario italiano, y más concretamente el uso de materiales más asequibles, como los sintéticos en detrimento de los tradicionales y artesanales, caso de la lana fabricada en la región de Biella. Tras la II Guerra Mundial y la contracción de la economía italiana causada por la guerra y agravada por su derrota, empieza a resurgir en la década de los años cincuenta, el prestigio consolidado a lo largo de loa años, permite a Barberis en 1970, que adopta la forma societaria de una SA, exportar fuera de Italia, especialmente a Francia, Alemania, Holanda e Inglaterra hasta un 75% de su producción.

En la actualidad Vitale Barberis es una de las marcas italianas vinculadas a la ropa de mayor reconocimiento mundial, comparable a otras marcas competidoras como Loro Piana, de tal forma que sus tejidos son tan demandados por los sastres de Savile Road en Londres, como los de Via Condotti en Roma o Rodeo Drive en Beverly Hills.

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Vídeo John Lobb

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Pantalones de pana

Telas de pantalones: pana

Tradicionalmente la pana ha sido un tejido grueso aunque de tacto suave. La tela conformada por fibras entrelazadas forma su aspecto distintivo en forma de “cuerdas“ verticales de un grosor más grueso (Cord) o más fino (Needlecord). El término inglés corduroy se creía que era un galicismo procedente de la expresión corde du roi, literalmente cuerda de rey aunque su origen parece inglés. En cualquier caso, es comúnmente aceptado que la primera producción textil de pana tuvo lugar en Manchester durante la primera revolución industrial, por aquel entonces conocida como “cottonopolis“ debido al inmenso número de telares de algodón existentes en aquella época.

Dependiendo del material cuyas fibras se entrelazan principalmente algodón o lana su grosor será mayor o menor, de tal forma que si bien no es en ningún caso un material adecuado para el estío en lugares cálidos, es frecuente su uso no sólo en invierno sino también en épocas otoñales y primaverales. Esto ha hecho que la gama cromática ofrecidas por las distintas marcas de ropa no se circunscriban a los clásicos colores invernales u otoñales sino que se haya ampliado a nuevos colores desde las tradicionales tonalidades como el camel, verde bosque, el burdeos, el gris o el marino hasta los ya comunes rojo, celeste, rosa púrpura y cualquier variante cromática que quepa imaginar. Sirva como ejemplo la variedad que presentan marcas más o menos tradicionales anglosajonas, normalmente menos audaces que las marcas italianas como Turnbull & Asser, Cording´s, Hackett o Ben Silver por poner tan sólo unos ejemplos. Si bien es cierto que su uso en confección de moda masculina se dirige fundamentalmente a la fabricación de pantalones, también se extiende a otras prendas como camisas y chaquetas. Cabe destacar como una de sus características más favorables su resistencia. Su uso, incuestionable como atuendo informal ya sea para su uso diario ya sea para la práctica de deportes como la caza o la equitación resulta más discutible, y en todo caso más compleja en otras combinaciones, si bien en países latinos es común su combinación con la clásica blazer, otras posibilidades como su uso con corbata presenta mayores dificultades, en todo caso debe ser informal, pero nunca en seda ni con camisas de puño doble que precisen de gemelos.

En la imagen, pantalones de pana de Ben Silver.

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Personajes Elitistas: Winston Churchill

Personajes Elitistas: Sir Winston Leonard Spencer Churchill

Prototipo de personaje elitista, por origen talante y comportamiento, fue Winston Churchill. Perteneciente a una de las más encumbradas familias de la nobleza inglesa, nieto del duque de Marlborough, nacido en el importante palacio familiar de Blenheim, educado en las más selectas instituciones, su incorporación a la actividad política, fue temprana, como miembro, pronto notorio, de la Cámara de los Comunes. Su dilatada y brillante trayectoria pública queda casi enmarcada por los dos conflictos mundiales, entre la desafortunada expedición a Gallipoli, que conllevó su dimisión como primer Lord del Almirantazgo, y el liderazgo de su país desde el “sangre, sudor y lágrimas“ a la victoria final en la II Guerra Mundial.
Dotado de extraordinaria agudeza mental, son innumerables sus frases lapidarias. Así, esforzado defensor de la democracia, ello no fue óbice para afirmar que “el argumento más desfavorable a la democracia era hablar cinco minutos con un votante medio“. Cuando tras haber conducido a su país al triunfo, padeció la derrota electoral frente a los laboristas, su comentario, fue, a un tiempo, contenido y expresivo, al decir que “un gran pueblo también tiene derecho a ser ingrato“. Con anterioridad, había hecho una valoración mordaz y despectiva de su rival Attlee “personaje modesto, que no carece de razones para serlo“. De su imagen, era habitual el puro habano, al igual que en su vestimenta, el uso del sombrero desde el bombín al panamá, chaleco, reloj de bolsillo y, en particular, sus pajaritas, que habitualmente adquiría en Turnbull & Asser, la célebre camisería de Jermyn Street.

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Hackett Retorno a Brideshead

Retorno a Brideshead por Jeremy Hackett

La marca de ropa británica Hackett ha sido la encargada de confeccionar el vestuario de la adaptación cinematográfica de la novela homónima del escritor Evelyn Waugh, protagonizada por el actor Matthew Goode. En cierto modo no cabe imaginar un mejor escenario, que el periodo de entreguerras narrado de manera retrospectiva por el protagonista el capitán Charles Ryder en su vuelta a la mansión familiar de los Flyte. Con motivo de su regreso al palacio de Brideshead, el protagonista recuerda su amistad con Lord Sebastian fraguada en el Christ Curch College de la Universidad de Oxford y sucesivamente a los distintos miembros de la familia Flyte. La novela metafóricamente no ya profundamente religiosa, sino cristiana y particularmente católica, no cabe desconocer que en este periodo en la aristocracia británica socialmente ser católico, era algo más que una anécdota incómoda, (uno de los momentos singularmente significativos es cuando la madre de los Flyte profundamente católica, reúne a sus hijos para leer en voz alta las narraciones del Padre Brown), se desenvuelve en un ambiente primero de vida disoluta y posteriormente de majestuosa decadencia de la familia protagonista.
Más allá del sustrato de la novela, los escenarios Londres, Oxford,la campiña inglesa, Venecia y algunas localizaciones en el Norte de África permiten que Hackett pueda desarrollar un vestuario de lo más variado desde prendas informales a las propias de los más exclusivos eventos de la sociedad británica; el reto sin embargo no es sencillo, ya que como precedente se encuentra la magnífica adaptación que en los años ochenta se hizo para la televisión protagonizada por Jeremy Irons. En todo caso, supone además de un reto una magnífica ocasión de recrear para Hackett, las más variadas indumentarias de la élite británica de los años veinte y treinta, desde las chaquetas de tweed y las corbatas a rayas de los universitarios ingleses al esmoquin, ropa de verano e invierno y los complementos de ropa, especialmente masculinos que uno pueda imaginar. Parece que la impronta este año de Brideshead pretende estar presente en una de las líneas de Hackett bajo este mismo nombre. En suma una magnífica ocasión para recrear lo que en mi opinión es lo esencialmente clásico de la ropa inglesa, que como colonias de la época, véase la Blenheim de Penhaligon´s o la Nº 127 de Floris, por su propia esencia, son atemporales.

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Zapatos Oxford Negros

Los zapatos oxford lisos de color negro

El zapato oxford, como ya traté en su momento, es un zapato de cordones con costura prusiana, es decir, las dos partes de la pala que se juntan con los cordones están cosidas bajo la parte delantera del zapato y llevan la lengüeta cosida. Y si bien en función de la decoración o punteado de la puntera, existen distintas versiones, en esta ocasión nos vamos a centrar en el modelo liso de piel de color negro.

El zapato oxford liso de color negro es un calzado de obligada presencia en todo zapatero que se precie, sin duda, un básico. Es seguramente el zapato más elegante y formal, y por ello, no sólo queda bien con traje sino que resulta un excelente compañero para la vestimenta de etiqueta, es decir, esmoquin, chaqué y frac. Como se puede apreciar en la foto, lleva una costura o corte en la puntera.

Dada la seriedad, anteriormente apuntada, de este tipo de calzado, resultaría impensable combinarlos con un pantalón sport, como por ejemplo, unos vaqueros, chinos o unos pantalones de pana.

En la imagen, zapatos oxford modelo Bedford de Crockett & Jones.

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