El origen del clásico estampado de rombos está estrechamente ligado a los cuadros escoceses o tartán que servía para diferenciar a los distintos clanes de aquel país. Concretamente, procede del motivo tartán que lucían los miembros del clan Campbell en la localidad de Argyll en el oeste de Escocia. De hecho, desde el siglo XVII los calcetines de rombos han vestido los pies de los integrantes de diversos clanes.
Fue después de la I Guerra Mundial cuando este diseño alcanzó gran popularidad, primero en Reino Unido y más tarde en Estados Unidos, gracias al célebre duque de Windsor. Fue él quien incorporó tanto los calcetines largos como el jersey decorado con rombos a su atuendo para la práctica del golf. A partir de entonces, este estampado siempre ha estado asociado a los aficionados a este deporte. Más recientemente, el golfista estadounidense Payne Stewart destacó por jugar combinando pantalones bombachos con largos y vistosos calcetines de rombos.
Y si bien actualmente podemos encontrar calcetines de rombos, tanto de lana como algodón, en el catálogo de cualquier firma, hay una marca que hizo de ellos su bandera. Se trata de Burlington, conocida asimismo por coser una pequeña chapa metálica con su logo, que desde 2008 pasó a formar parte de Falke. Puedes encontrarlos en una riquísima variedad cromática.
La verdad es que tanto el jersey como los calcetines de rombos son dos auténticos clásicos. Personalmente, sólo tengo predilección por los segundos. Nunca me he visto con un jersey de este tipo, aunque evidentemente es una cuestión de gustos y preferencias. A la hora de combinarlos, como queda patente a simple vista, deberás tener presente que se trata de una prenda y un accesorio muy sport.
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