Scott & Charters |
Ya sean de plástico, madreperla, cuerno, metal, piel, madera… los botones están presentes en todo tipo de prendas de vestir, pero realmente, ¿les damos la importancia que merecen? Y cuando hago esta reflexión evidentemente me refiero al plano estético y no al meramente funcional, ya que sin ellos, cómo podríamos ponernos una camisa o unos pantalones.
Benson & Clegg |
De diversos materiales posibles, como hemos visto, los podemos encontrar en una ingente variedad cromática. Y no siempre redondos, como en el caso de la clásica trenca o duffle coat. De ahí que seguramente, lo más sencillo es que el botón, salvo en el caso de las camisas, tienda a casar con el color de la prenda. Lo que es un acierto en un traje de chaqueta gris o azul marino de cierta formalidad, no tiene por qué ser así en otras ocasiones. En cambio, una chaqueta de tweed va a las mil maravillas con una botonadura de cuerno. Y una camisa formal (y en mi opinión también una sport) deberá siempre lucirlo neutro y nunca de color.
Woolrich |
Pese a que parezca una cuestión baladí, hago hincapié en el tema de los botones porque son capaces de cambiar el estilo de una prenda. Una chaqueta a priori más bien formal pueden convertirla en sport. Y no sólo eso, una prenda discreta o incluso anodina puede ganar mucho con unos acertados. Un buen e ilustrativo ejemplo que puedo traer a colación es la icónica parka Arctic de Woolrich, que apostó por una bonita botonadura en contraste en vez de inclinarse por unos al tono que hubiese sido lo más fácil. Sin olvidarnos del célebre trench o gabardina de Burberry y de la botonadura metálica de los tradicionales blazer azul marino.
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