Cómo lograr el efecto sockless sin que tus pies sufran
Con la llegada del buen tiempo y el calor, comenzamos a prescindir de calcetines y dejar a la vista nuestros tobillos. De hecho, el los últimos tiempos se ha instaurado la tendencia venida de Italia de usar zapatos de cordones sin calcetines, algo impensable hace unos cuantos años. Consecuencia de ello, es la proliferación de los denominados calcetines invisibles, un híbrido entre un calcetín y el típico pinkie, que permite aparentar que no llevas calcetines sin sufrir la incomodidad que pudiera acarrear prescindir de ellos. Aunque lo cierto es que son muy similares, si bien el pinkie suele ser más fino.
El uso de este tipo de calcetines tiene indiscutibles ventajas. Entre ellas, evitar rozaduras y heridas en nuestros pies así como la sudoración que pudiera estropear el interior del calzado. Confeccionados con algodón y lycra, permiten vestir todo tipo de zapatos logrando este efecto sockless pretendido, tanto en calzado a priori más cerrado o invernal como en el más veraniego.
Pero tanto si apuestas por el uso de calcetines invisibles como de pinkies, hay una regla que debes cumplir, nunca puedan quedar a la vista. El objetivo de este tipo de complemento es dar la impresión que llevas el pie desnudo, y así debe ser. Si no eres capaz de disimularlos u ocultarlos debidamente, es mejor que no los uses porque da muy mala impresión y además, tiraría por tierra el fin perseguido.
La verdad es que esta moda de no llevar calcetines, a mi juicio, tiene un límite. Con traje de chaqueta y corbata, siempre deberías llevar cubiertos tus tobillos, más aún, si se trata de alguna ceremonia o evento de cierto formalidad.
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