El estilo inconfundible de Atticus Finch

Los imprescindibles en el vestuario de Gregory Peck en Matar a un Ruiseñor

La novela Matar a un ruiseñor de Harper Lee es uno de esos clásicos que merecidamente siempre están presente en las típicas listas o rankings de los libros que hay que leer antes de morir. Uno de los protagonistas es el abogado Atticus Finch, quien se erige como todo un ejemplo de integridad, nobleza y justicia, sin pretenderlo, y al que le debemos multitud de frases célebres.

A comienzos de los años sesenta, el actor Gregory Peck fue elegido para encarnar este papel de manera magistral en la gran pantalla, alzándose con un oscar por su interpretación. A continuación, os dejo algunas de las prendas y complementos que le acompañaron en esta aventura.  


1. Las gafas

Las icónicas gafas de Atticus Finch se han convertido en todo un clásico. De hecho, la firma Oliver Peoples, a la que pertenecen las de la imagen, lanzó hace ya algún tiempo esta montura en acetato con el nombre del actor norteamericano que reproducen fielmente las que llevó en la película. Precio: 260 €.  


2. El traje seersucker

Si bien el traje de tejido seersucker es difícil de ver en el continente europeo, ha gozado de gran tradición y predicamento en USA, especialmente en los estados sureños. Concretamente, Atticus Finch lo viste de tres piezas. El de la fotografía es de Brooks Brothers. Precio: 590 €.  


3. Camisa tab collar 

La camisa blanca que luce Gregory Peck se caracteriza por tener un cuello tipo tab collar muy cerrado, con las puntas muy próximas entre sí, y puño de botón. Ésta en particular es de Paul Fredrick. Precio: $89.  


4. Sombrero Panamá

Este elegante complemento perfecto para proteger nuestra cabeza de los intensos rayos solares también formaba parte de su atuendo. Confeccionado a mano en Panamá a partir de fibra de toquilla, el sombrero es de Lock & Co. Precio: 300 €.


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El color Negro en el vestuario masculino

¿Cuándo es apropiado el color negro en el vestuario del hombre?

A diferencia de lo que ocurre en el guardarropa femenino en el que el negro está muy extendido, en el masculino este color debe quedar reservado fundamentalmente a dos coyunturas: actos de duelo y etiqueta. De ello se desprende que el hombre sólo debe hacer uso de prendas de esta tonalidad en circunstancias de máxima formalidad.

En relación a funerales y entierros, una corbata de color negro con camisa blanca es la elección apropiada. En cambio, en estas situaciones lo mejor sería optar por un traje gris marengo, o incluso azul marino, antes que por uno negro si bien aquí éste sí podría tener cabida o justificación. Y en cuanto a los trajes de etiqueta, tanto si estamos ante un chaqué, un esmoquin o un frac, el color protagonista, salvo en alguna contada excepción, es el negro.

Fuera de estas ocasiones tasadas, el hombre debe huir de su uso. Hay pocas cosas tan desafortunadas en el atuendo masculino como una camisa negra, verdaderamente enemiga del buen gusto. Más desapercibido pueden pasar los trajes, pero en mi opinión, también son una opción a descartar. Asimismo, por lo dicho más arriba, no es acertado ni para un jersey ni para un polo.

Por el contrario, en el zapatero masculino no puede faltar, y por tanto, tampoco en nuestra gama de calcetines y cinturones. Pero a la hora de combinarlos, deberemos tener muy presente la seriedad que lleva consigo, evitando hacer uso de ellos en circunstancias más bien sport o desenfadadas.

Resumiendo, podemos concluir que el vestir masculino estamos ante un color que todo lo que tiene de elegante lo tiene de formal, así que deberemos actuar en consecuencia.


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Propuestas Elitista Mayo 2017

1. Gafas de sol modelo P4 en acetato marrón y lentes de color verde de Lesca. Precio: 255 €.

2. Mocasines Gommino en nobuk aterciopelado marrón de Tod’s. Precio: 350 €.

3. Polera con bolsillo en tejido chambray azul claro de Xacus. Precio: 139,50 €.

4. Pantalones chinos slim-fit de algodón en verde militar de Incotex. Precio: 270 €.

5. Calcetines invisibles de algodón en gris con rayas azules de Marcoliani. Precio: 17 €.

6. Pañuelo de bolsillo en lino con estampado de lunares azul-blanco de Drake’s. Precio: £60.

7. Impermeable con capucha de poliéster y nylon en azul eléctrico de Aspesi. Precio: 459 €.

8. Corbata de cuadro príncipe de Gales color rosa de algodón de Emma Willis. Precio: £120.


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El largo correcto de los calcetines

¿Hasta dónde deben llegar los calcetines? 

Falke

En lo que se refiere a los calcetines, hoy en día no sólo los podemos encontrar lisos, de rayas o de lunares, sino con todo tipo de motivos, así como en una amplia variedad de colores. Igualmente, los hay de diferentes longitudes. Desde los llamados invisibles que cubren sólo la parte superior del pie, los que llegan hasta el tobillo, pasando por los que que visten la mitad de la pantorrilla hasta llegar a los que se elevan alcanzando la rodilla.

La verdad es que su largo es una decisión personal que dependerá de las preferencias de cada cual, pero siempre teniendo en cuenta una regla básica. Ya luzcas traje, pantalón de vestir o pantalones mucho más sport como unos vaqueros, los calcetines nunca han de dejar a la vista tus piernas. Se trata de una tesitura verdaderamente antiestética y lamentable que debes impedir a toda costa.

Al sentarnos, inevitablemente el pantalón va a subir. Por lo que si llevas calcetines largos, en principio no correrás ningún riesgo. En cambio, si son cortos debes asegurarte que no se vaya a dar esta situación. De este modo deberás comprobar que su elástico no haya cedido en exceso para que no se caigan y dejen al aire el vello de la pantorrilla.

En sentido contrario, tanto si llevas pantalones largos como bermudas, el fin de los calcetines invisibles es lograr un efecto sockless, o lo que es lo mismo, aparentar que llevas tus pies desnudos. En este supuesto, lo que no debe verse son los calcetines y sí tus piernas.


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El Chaqué Azul Marino

¿Es adecuado vestir chaqué azul marino el día de tu boda?

En los últimos años, en lo que a la vestimenta del novio se refiere, se ha introducido una fuerte tendencia, el chaqué azul marino. Firmas como Scalpers seguramente tienen gran parte de “culpa” de ello en nuestro país, como ha ocurrido con la desenfadada polera, que parece novedoso pero que ya existía hace algunas décadas atrás. En realidad, estamos ante prendas clásicas que se reinterpretan y se ponen demasiado de moda.

Volviendo al tema que nos ocupa, el chaqué azul marino como tal suele estar formado por levita, pantalón y chaleco lisos en este color. Si bien, hay quien prefiere introducir una nota de contraste incorporando un chaleco en tonos más claros como pueda ser el crudo, buff o azul claro.

Reconozco que es un conjunto que no queda en absoluto mal, pero también tengo que decir que en mi opinión, no es precisamente lo más ortodoxo. Personalmente, tengo predilección por los trajes azul marino y de hecho no concibo vestir uno de color negro. Pero en este supuesto, no se puede ignorar que estamos ante un traje de etiqueta y que el protocolo impone el color negro en la levita y pantalón de rayas, mientras que el chaleco podrá ser negro o no. Todo ello con una única salvedad, si la boda fuese de día, el chaqué podría ser de color gris.

En definitiva, considero que optar por esta vestimenta en este color desvirtúa la tradición y lo que representa, frivolizando con la formalidad inherente a este traje de etiqueta.


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