El Abrigo Camel

El Camel Coat, un abrigo clásico perfecto para el frío

El abrigo Camel se ha convertido en una de esas prendas intemporales imprescindibles tanto para mujeres como hombres. Como su nombre indica, el genuino se confecciona con pelo de camello, tejido muy cotizado por aunar tres características fundamentales, suavidad, poder aislante del frío y extraordinaria ligereza. Pero todo esto tiene un claro inconveniente, su elevado precio. Por ello, lo más frecuente es su sustitución por lana o cashmere respetando esta icónica tonalidad beige o tostada.

Existen numerosas versiones de este abrigo: cruzado o con botonadura sencilla, más largo (overcoat) o más corto (topcoat), con solapas amplias o estrechas, con bolsillos rectos o inclinados.. Sin olvidarnos del que seguramente es el abrigo camel por excelencia, el Polo Coat, cruzado y con sus inconfundibles puños vueltos.

En mi opinión, una de las grandes virtudes del Camel Coat radica en su capacidad para combinar con multitud de colores y con todo tipo de atuendos. De esta forma, un topcoat camel puede acompañar a la perfección tanto un traje de chaqueta como unos pantalones vaqueros. Sin duda, estas posibilidades hacen que sea una gran inversión, no sólo porque no pasará nunca de moda sino por la gran cantidad de oportunidades en las que podrás lucirla. Aunque, como resulta evidente, su color lo invalida para las ocasiones más serias y solemnes.

Y como se ha podido observar entre los asistentes a la última edición de la Pitti Uomo, este básico no sólo es un clásico sino que además está de máxima actualidad.


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